jueves, 10 de septiembre de 2015

Educación de calidad: qué puede ser y por qué puede ser importante



Nos acostumbramos con tal facilidad a los slogans que olvidamos pensar qué significan en términos reales. Por ejemplo, todos parecen abogar por una “educación de calidad”, pero rara vez se precisa qué se entiende por ella y por qué es importante. Si llevamos el tema al campo de la ingeniería ambiental y su relación con el desarrollo económico y social del país, podríamos expresar su importancia en términos de contar con profesionales capaces de elaborar soluciones que aseguren la sustentabilidad ambiental de los proyectos a un costo que no impida su viabilidad económica. Desde luego, ello requiere conocimientos científicos básicos, así como una clara comprensión de las tecnologías del proyecto y de las interacciones entre sus componentes y el medio humano y natural. También requiere haber desarrollado la capacidad de pensamiento crítico y reflexivo. Igualmente necesita creatividad y honestidad profesional, de modo que el trabajo realizado vaya más allá del “cortar y pegar” y del uso de software cuyos objetivos y limitaciones se comprenden escasamente. 

Por ejemplo,  nuestro país genera diariamente cerca de 1.5 millones de toneladas de relaves y ripios entre su zona norte y central. Completada la vida útil de esas operaciones mineras, sus acumulaciones se convertirán en fuentes de polvo de difícil control. Es sencillo decir que ellos serán vegetados durante su cierre, olvidando que el agua para su riego será progresivamente más escasa, y que el cambio climático incrementará seguramente la aridez y la energía del viento, dejando una pesada herencia a las generaciones futuras. En cambio, profesionales formados  con una educación de calidad (ojalá a lo largo de su vida) procurarían desarrollar soluciones prácticas , efectivas y de menor costo, utilizando conocimientos, creatividad y buen sentido.

Educación de calidad no significa necesariamente que será fácil y agradable para el estudiante, a menos que éste aprenda a encontrar satisfacción en sobreponerse a los  desafíos, en apreciar su propio trabajo cuando está bien hecho y en defender sus ideas frente a las inevitables críticas. Por supuesto que nuestro país necesita educación de calidad para sobrevivir en un mundo crecientemente competitivo, del mismo modo que necesita sentido crítico y honestidad intelectual para buscar la verdad en la maraña de verdades mezcladas con situaciones distorsionadas y falsedades que ofrecen la web y las redes sociales.

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