miércoles, 3 de agosto de 2011

Ejercicios de Respuesta a Tsunamis: la Importancia de Distinguir.

En el curso de la presente semana se realizará un ejercicio de respuesta a tsunamis en la Región de Atacama. No es agradable pensar en futuros terremotos o tsunamis, pero sabemos que pueden golpearnos cuando menos lo esperamos y que nuestras posibilidades de enfrentar sus efectos dependerán en buena parte de lo preparados que estemos. A su vez, esa preparación depende, en especial en el caso de los tsunamis, de nuestra comprensión del fenómeno y en ese aspecto siguen existiendo confusiones. La principal de ellas se refiere a la diferencia existente entre tsunamis de origen lejano y cercano. Al respecto, hoy existen muy buenos sistemas de alarma y comunicación, que nos dan muchas horas para preparar la respuesta a aquellos tsunamis producto de sismos generados al otro lado del Océano Pacífico, como el ocurrido en Japón en Marzo del presente año. No es así, sin embargo, para los tsunamis debidos a sismos producidos entre nuestra fosa oceánica y la costa Chilena. En tal caso, el tiempo de respuesta puede ser de unas pocas decenas de minutos, debido a la alta velocidad de desplazamiento de la ola (cientos de km por hora) y la escasa distancia que nos separa de la fosa (cerca de 100 km en nuestra Región). Considerando lo anterior, es importante analizar las posibilidades reales de evacuación que implican la geografía costera, la distribución de la población y las vías de salida. En nuestra región, por ejemplo, esto es favorable en el puerto de Coquimbo, puesto que existe un alto gradiente topográfico y varias vías de salida. En cambio, lo opuesto ocurre el sector de la Avenida del Mar de La Serena, donde tanto la distancia a las zonas elevadas como la inevitable congestión de los caminos, implican elevado riesgo. Al respecto, las dramáticas imágenes del efecto de la ola en la planicie costera de Fukushima son un aviso de lo que podría llegar a ocurrir.

Los abundantes testimonios filmados de tsunamis ocurridos al otro lado del Pacífico nos muestran que, en general, los pisos superiores de los edificios que han resistido el sismo pueden ser, en esas condiciones, el mejor refugio frente a un tsunami. Durante la preparación local para la llegada de la ola debida al sismo de Japón, entiendo que los moradores de esos edificios en la Avenida del Mar fueron obligados a evacuarlos. Ello puede ser razonable para un tsunami de origen lejano, pero podría ser un grave error si el sismo que lo produce se sitúa en un punto cercano de la plataforma oceánica. Sería conveniente que cuando se realice en nuestra Región un nuevo ejercicio de tsunami, se consideren de manera realista las dos situaciones analizadas.