lunes, 28 de septiembre de 2015

Migraciones, Cambio Climático y Desastres Naturales



El presente año ha sido intranquilo y para quienes residimos en la Región de Coquimbo, en más de un sentido. En Europa, las oleadas de inmigrantes procedentes de Siria y de países vecinos, han sido empujadas no sólo por el conflicto bélico sino también por una sequía extrema iniciada en 2006, que un artículo de Sci. Amer. (07/09/2015) atribuye en parte a los efectos del cambio climático. Se agrega así otro factor de preocupación a las ya reconocidas amenazas de dicho cambio sobre los países sobrepoblados de tierras bajas, como Bangladesh, que están sometidos tanto al ascenso de los niveles oceánicos como a la mayor energía y frecuencia de los fenómenos ciclónicos, lo que puede forzar conflictivas migraciones a los países vecinos. Frente a estas situaciones, la geo ingeniería sólo puede ofrecer, al menos por ahora, soluciones insuficientes o controvertidas. Entre las primeras está el intento de incrementar la capacidad de la Tierra para reflejar la radiación solar, deteriorada por la fusión de las masas de hielo, en particular en el Hemisferio Norte (Sci. Amer., 26/08/2015). Más efectiva para enfrentar el problema sería una reconversión masiva de los países industrializados a la energía nuclear, cerrando las plantas de producción de energía eléctrica mediante carbón o petróleo. No es una decisión fácil en términos políticos, y es difícil que sea adoptada antes que la situación alcance mayor gravedad. Sin embargo, Suecia ha sido capaz de enfrentarla en los últimos 20 años (Sci. Amer., 14/09/2015). Cómo comenta otro artículo de la misma publicación  (26/ 09/ 2015)  respecto a las metas de desarrollo sustentable que Naciones Unidas está a punto de aprobar, el interés en satisfacer todas las demandas, sin establecer prioridades claras, hace muy difícil obtener logros efectivos, más allá del terreno comunicacional.

La Región de Coquimbo ha sufrido dos golpes de la naturaleza en el curso del presente año. Uno de carácter meteorológico en Agosto, que afectó principalmente su litoral y que fue acompañado por precipitaciones que se requerían con urgencia. El otro de origen tectónico, constituido por el sismo de grado 8.4 Richter  y el tsunami acompañante. Aunque ambos causaron pérdidas de vida y cuantiosos daños que golpearon nuevamente al litoral y al interior de la Región, ellos fueron relativamente moderados, considerando la energía liberada. Es posible que en ello influyera su prolongado tiempo de liberación (3 minutos y 20 segundos) y en el caso del tsunami, la posición del epicentro respecto a la geometría de la costa, abierta en sentido opuesto a la dirección de la ola principal en el área de Coquimbo. Tanto la reacción de la población como la de los organismos públicos fue apropiada y las construcciones formales mostraron lo adecuado de las normas de diseño antisísmico. Sin embargo sigue siendo insatisfactoria la aplicación de criterios geotécnicos  y de ordenamiento urbanístico en las áreas más expuestas. Al respecto no se trata de un problema de conocimiento o de recursos económicos, sino de la prevalencia de intereses privados y de la falta de disciplina social y de cultura de cumplimiento, materias que han quedado muy rezagadas respecto al progreso material del País.

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