Un reciente
artículo de Time (18/03/ 2019) comentaba que en la pasada elección presidencial
en EEUU, ni H.Clinton ni D. Trump dieron la menor importancia al tema del cambio
climático, pese a su incidencia en materias nacionales e internacionales
(incendios forestales descontrolados, inundaciones costeras, migraciones
forzosas etc). Con posterioridad a la elección, los políticos y la prensa se
han centrado en la persona del Presidente, las influencias externas en la
elección, la inmigración y las confrontaciones con Corea del Norte y China. En
tanto, señales de alerta respecto a los
efectos del cambio climático siguen llegando, como grandes grietas en los
hielos antárticos, reveladas por los satélites de la NASA y los vuelos
fotográficos recientes, así como por
estudios geofísicos que revelan el adelgazamiento del hielo (Time, 29/
01/2019). En Chile, días atrás, se revelo la presencia de una
fractura mayor que dividió en dos el Campo del Hielo Sur, lo cual acelerará su
proceso de fusión.
En Chile es
causa de preocupación la baja del precio del cobre debida a la guerra comercial
entre los EEUU y China, en particular respecto a los sistemas avanzados de
comunicación electrónica. Poco se ha dicho respecto cómo la actividad de China
puede contribuir a acelerar o desacelerar el cambio climático, lo segundo a
través del desarrollo de vehículos eléctricos, en lugar de máquinas de combustión
interna, materia en la que es líder. Aunque nuestro interés primario sea vender
cobre, también podría preocuparnos de qué manera ese cobre contribuye a paliar
o incrementar el cambio climático.
Las
perspectivas de viajar y quizás legar a colonizar otros planetas son un tema
interesante y para muchos, apasionante. Al respecto, el artículo principal de
la publicación SEG Newsletter (Soc. Econ. Geologists) de Abril 2019, discute
las disponibilidades de metales y agua que enfrentaría esa colonización. Sin duda
es un tema interesante. Sin embargo cabría preguntarse si es el momento para
dirigir nuestra imaginación fuera de la Tierra existiendo tantos problemas
urgentes por resolver y tan poco tiempo para hacerlo. Con todas sus
dificultades, nuestro planeta sigue siendo una maravillosa excepción y de
nosotros depende procurar detener el deterioro del que somos responsables.